Un Banquero Frustrado por el Fútbol
Volver a las raíces de quien gerencia el banco con el mayor número de depositantes en el país es recorrer un álbum de fotos y reportajes que van desde el fútbol barrial hasta el balompié internacional.Fernando Pozo Crespo, presidente del Banco del Pichincha, es el segundo de tres hermanos, quien ha idolatrado por más de 40 años a su padre, Gonzalo Pozo, alias “El Pozito”.
“Mi padre se inició en el Aucas, fue seleccionado nacional y uno de los pocos, de su época, que jugó en el exterior”. Pero nunca lo vio jugar. Reconoce que los recuerdos provienen de recortes de periódicos y fotos almacenadas. Lo que heredó fue el apodo y el fanatismo por el equipo, pero ha descendido a la Serie B del fútbol nacional. “Es un fuerte dolor”. Pese al pasado futbolístico, Fernando Pozo, siempre ha estado vinculado al sector empresarial financiero. “Nunca pintó para jugador ni para dirigente del Aucas aunque en el fondo siempre lo ha querido”, advierte su amigo José Samaniego, de Produbanco, quien lo conoce desde hace más de dos décadas.
Pozo inició su carrera de Economía en la Universidad Católica del Ecuador. Desde sus años de estudiante trabajó en la Corporación Financiera Nacional. En 1993 se vinculó al Banco del Pichincha como técnico en Finanzas. Y desde hace cinco años gerencia la institución. Su jornada de trabajo se inicia muy temprano, con desayunos de trabajo. Es conocido como aficionado a la música, al vino y a la degustación de quesos.
De su larga trayectoria profesional, el momento más difícil lo vivió durante la crisis de 1999 y 2000. “Veía cómo el país se despedazaba, cómo atacaron al sistema financiero. Era como estar en un torbellino”. De ello le quedó una lección: “Aprendimos que hay que ser prudentes y técnicos, la fortaleza del banco es una prueba de ello”.
El prestigio de Pozo no se ha quedado en el país. En noviembre de 2006, los socios de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felabán) lo eligieron como nuevo presidente (2006-2008) del organismo. El ejecutivo afirma que esta es una distinción para el país, “por sus esfuerzos para fortalecer al sistema financiero, después de la crisis bancaria que afectó al sector”.
Al frente de este organismo internacional busca aumentar la bancarización, es decir el microcrédito; bajar los costos para las personas que envían remesas del exterior y mejorar los controles en contra del lavado de dinero y el terrorismo.
A lo largo de su vida profesional y personal, su hermano, Mauricio Pozo, ha sido su confidente. “Fernando no es una persona abierta para contar sus problemas a cualquier persona, sino exclusivamente a sus hermanos. Yo, que soy el mayor, le he servido de confidente”.
De hecho, Nancy Proaño, esposa de Fernando Pozo, lo describe como un hombre que jamás toma decisiones a la ligera. “No es un típico hombre de negocios. Le dedica mucho tiempo a sus tres hijos. Es un hombre que prioriza a la comunidad desde el punto de vista del trabajo que hace”.
Pese a que un economista siempre tiene el sueño de estar en la función pública sabe que, por ahora, los planes se concentran directamente en la banca: “Mejorar la tecnología y la bancarización”.
Reportaje Publicado en el Hoy
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